Por Iván Díaz(*)
"...La corrupción en el financiamiento de las campañas electorales, el uso indebido de los recursos públicos y la compra de votos pueden distorsionar el proceso democrático y erosionar la confianza de los ciudadanos en las instituciones electorales...".
En la República Dominicana, como en muchos otros países, las elecciones son un momento crucial en la vida democrática. Sin embargo, la relación entre violencia estructural, corrupción, falta de transparencia y el proceso electoral plantea desafíos significativos que merecen nuestra atención y reflexión.
La violencia estructural, entendida "las formas de violencia que están arraigadas en las estructuras sociales, económicas y políticas de una sociedad, y que resultan en desigualdades y exclusiones sistemáticas" (Galtung, 1969, p. 168), puede manifestarse de diversas formas durante el proceso electoral. La desigualdad socioeconómica, la exclusión política y la discriminación pueden alimentar tensiones sociales y políticas que desembocan en violencia física, intimidación y coacción en el contexto de las elecciones. Esta violencia puede afectar negativamente la participación política, socavar la legitimidad del proceso electoral y obstaculizar el ejercicio pleno de los derechos democráticos de los ciudadanos.
La corrupción, entendida como "el abuso de poder para beneficio personal o para el beneficio de un grupo al que se pertenece, en detrimento de los intereses de otros y del bienestar general" (Transparency International, 2019, p. 7); y la falta de transparencia también representan desafíos significativos para la integridad y la equidad de las elecciones en la República Dominicana. La corrupción en el financiamiento de las campañas electorales, el uso indebido de los recursos públicos y la compra de votos pueden distorsionar el proceso democrático y erosionar la confianza de los ciudadanos en las instituciones electorales. Además, la falta de transparencia en el proceso electoral, incluida la opacidad en la gestión de los fondos electorales y la falta de acceso a la información relevante, puede minar la credibilidad y la legitimidad de las elecciones.
Para abordar estos desafíos, es fundamental fortalecer las instituciones democráticas y promover una cultura de integridad y transparencia en el proceso electoral. Esto incluye garantizar la independencia y la imparcialidad de los órganos electorales, fortalecer los mecanismos de supervisión y rendición de cuentas, y promover la participación activa de la sociedad civil y los ciudadanos en la observación y vigilancia del proceso electoral.
Asimismo, es necesario adoptar medidas efectivas para prevenir y combatir la corrupción en todas sus formas, incluida la corrupción política y electoral. Esto implica promover la transparencia en la financiación de las campañas electorales, fortalecer los mecanismos de control y fiscalización de los fondos electorales y garantizar la rendición de cuentas de los actores políticos y funcionarios públicos.
En última instancia, el fortalecimiento de la democracia en la República Dominicana requiere un compromiso colectivo de todas las partes interesadas, incluidos los líderes políticos, las instituciones gubernamentales, la sociedad civil y los ciudadanos en general. Solo mediante la promoción de la integridad, la transparencia y la participación democrática podemos construir un sistema electoral justo, equitativo y representativo que refleje verdaderamente la voluntad del pueblo dominicano.
Referencia:
1. Galtung, J. (1969). Violence, peace, and peace research. Journal of Peace Research, 6(3), 167-191.
2. Transparency International. (2019). Global corruption report: Climate change. Cambridge University Press.
3. International Institute for Democracy and Electoral Assistance (IDEA). (2019). Electoral management design: The International IDEA Handbook. IDEA.
4. El autor de este artículo de opinión es abogado experto en Derecho Procesal Administrativo, Derechos Humanos, con diplomatura en Derecho Electoral y Procesal Electoral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario