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viernes, 6 de noviembre de 2009

Constitución Pólitica Dominicana: Hoy y siempre


Hoy se conmemora en la República Dominicana
el día de la Constitución.

La primera Carta Magna fue redactada en la provincia de San Cristóbal el 6 de noviembre del año 1844 y desde entonces este documento ha significado un dolor de cabeza para los dominicanos puesto que cada vez que hay un cambio de poder, los nuevos gobernantes lo primero que quieren hacer es modificar la constitución de manera que ésta se corresponda con sus intereses, y no con los intereses de la nación.
Como consecuencia de este “jueguito legal” la Constitución Dominicana ha sido modificada 39 veces(con esta última) y hoy día mi país ocupa el primer lugar entre los que más veces han reformado tan importante documento.
Y si todo sigue como va, tendremos que aguantarnos la nueva Ley de Leyes, y en la que se invertieron más de 36 millones de pesos: apesar de los gastos, es evidente que valió la pena dicho plan gubernamental, pero eso lo juzgara la historia.
El próximo 10 de diciembre la actual Constitución Dominicana “descansará en paz” y los líderes, así como todos los ciudadanos y ciudadanas deberan acogerse a la nueva Ley Sustantiva Reformada con todos su nuevos artículos.
Hace muchos años, el presidente Joaquín Balaguer (ya fallecido) se refirió a nuestra Carta Magna como “un pedazo de papel” que por supuesto él se pasó por todas las partes que quiso y manipuló a su antojo, ante nuestras narices y gracias a la complicidad de muchos ciudadanos que endiosaron a uno de los hombres más calculadores y despiadados de la historia política dominicana.
En la actualidad, la Constitución sigue siendo eso mismo, un solemne pedazo de papel que ningún político respeta y que cada cierto tiempo es cambiado para favorecer a un sector muy reducido de la población, al anillo que llega al poder, a los elefantes, a los intocables.
La cuestión es si nosotros vamos a permitir que toda la vida nuestros líderes nos manipulen y avergüencen o les exigiremos que se comporten a la altura del puesto que se supone deben ejercer para beneficio de toda la sociedad, y no para conveniencia de ellos mismos. Resultaría sencillo si todo esto lo resumo con decir “no hay esperanza para Latinoamérica… no hay esperanza para República Dominicana”, pero yo no creo que sean los pesimistas los que cambien el destino, tampoco los optimistas que no hacen nada. Yo creo que los que consiguen que haya un verdadero cambio son aquellas personas que combaten contra una realidad determinada y están dispuestos a cambiarla.
A veces me gustaría ver esa actitud en los jóvenes de mi país, pero nosotros estamos embargados por el mismo sentimiento individualista e indiferente del que adolece la juventud de todo el mundo. Volvamos a la solidaridad ciudadana, volvamos al sentimiento patriotico, sin prejuicios ni tabues, ni cuentos de camino, cumplamos nuestro rol constitucional: respetemos y hagamos cumplir nuestra Constitución.

A pesar de todo esto tengo motivos para celebrar, hoy puedo hacerlo. Hoy estoy de fiesta: la fiesta es de todos los dominicanos trabajadores dignos que cumplen siempre con su obligación de ver una Nación cada vez más unida, más gloriosa, menos individualista y pobre.


PUNTO LEGAL-RD 2009

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